Seguimos en medio de una pandemia y todo es incierto. La industria de la moda se transformará para siempre por esta crisis global. Los grandes almacenes están cerrando o están reduciendo sus espacios. Estas últimas semanas diseñadores, líderes empresariales y organizaciones de moda han estado buscando una nueva propuesta, un cambio que beneficie a la industria para poder salir adelante lo antes posible de esta crisis que vive la moda.
El primero en tomar una decisión drástica ha sido GUCCI. Su creador en turno, Alessandro Michele, ha recurrido a Instagram para compartir un par de reflexiones por medio de un diario, donde plasma ―de una forma sentimental― su visión para el futuro de la marca y expone sus nuevas tácticas a implementar after Covid.

Empecemos con su day by day:
«Notas del silencio» sugiere un nuevo camino a seguir para Gucci, uno que rechaza los programas de temporada en favor de una expresión más personal.
2 de mayo: «Ahora sabemos que nuestro trabajo era demasiado furioso, nuestro viaje era demasiado insidioso … Es por eso que decidí construir un nuevo camino … lejos de los plazos que la industria consolidó … y una productividad excesiva que hoy realmente no tiene razón de ser “.
3 de mayo: “Nos reuniremos solo dos veces al año, para compartir los capítulos de una nueva historia. Capítulos irregulares, alegres y absolutamente gratuitos, que se escribirán combinando reglas y géneros, alimentándose de nuevos espacios, códigos lingüísticos y plataformas de comunicación “.

Con estos dos pensamientos, GUCCI nos comunica de una forma poética su nuevo sistema para el futuro. Confirma que estábamos viviendo en una era excesiva del consumismo y de una producción de ropa sin fin. Vivíamos en un rush eterno donde nos acostumbraron a tener nuevos lanzamientos “cada 5 minutos” y se perdía el valor de la creatividad y de por qué son productos High-End. Gracias a la excesiva saturación de temporadas, dejamos de tener el sentido del deseo y llegamos al “¿qué más da?, si no lo tengo ahora mañana tendré algo nuevo”, convirtiendo los artículos de lujo en un gusto desechable JUST FOR THE GRAM.
Alessandro Michele ha regresado, por necesidad, a lo que era la moda hace 15 años atrás: dos temporadas al año, de una forma atemporal y olvidando las miles de colecciones como PRE-FALL, RESORT y demás colaboraciones que en algún momento podían terminar con la mente de los creativos y llevarlos a renunciar a estas casas de moda, como en su momento lo hizo Raf Simons, que saltó del barco de Dior.

El tener dos temporadas al año es una de las respuestas más próximas y sensatas que se pueden tener en esta nueva normalidad. Este nuevo camino es una de las mejores ideas que se ha propuesto en la industria, el bajar el número de colecciones anuales y reconfigurar el sistema de producción es una necesidad, las grandes marcas estaban siendo víctimas del over stock de cada temporada. El quedarse con grandes inventarios en bodega eran pérdidas millonarias y no solo hablamos de lo económico, sino que tanto los creativos como los consumidores estábamos viviendo en una saturación absoluta de productos que no tenía fin. El regresar a los sistemas básicos de la moda dará vida a una industria que ya estaba muy dañada y apunto de colapsar.
La nueva normalidad nos llevado a replantearnos las cosas y ha hecho que la moda tome un cambio radical en su sistema, que ya se veía demasiado afectado y cansado por tanta producción de nuevos productos. Realmente nunca sabremos dónde terminaron todas esas colecciones que fueron producidas y no tuvieron éxito.

GUCCI y Alessandro Michele nos ponen el ejemplo con este self conscious que están teniendo y así nosotros poder replicarlo en algún momento saliendo a nuestra vida real.
Quiero cerrar con este pensamiento que el revolucionario de GUCCI nos ha dejado y es inspiración pura:
Roma, Italia.
29 de Marzo 2020
RESULTAMOS PARA SER TAN PEQUEÑOS.
Estos días de encierro, es un tiempo suspendido
que apenas podemos imaginar como libres, trato
de preguntarme cuál es el significado de mis acciones.
Es un cuestionamiento vital y urgente para mí, que
exige una pausa cuidadosa y una escucha delicada.
Está tratando de nombrar, con la precisión del amor,
mis miedos y mis deseos. Es la posibilidad de
enfrentar la afasia que provoca cada trauma.
Después de todo la tragedia que estamos viviendo
está proporcionando nuevas reflexiones. Nunca podríamos
haber imaginado sentirnos tan conectados con la vida
a través de un vínculo de ternura temblorosa y desgarradora.
Nunca podríamos haber pensado volver a conectarnos,
tan profundamente, con la fragilidad de nuestro destino creativo.
Nuestra necesidad de reciprocidad. Resultó ser tan pequeño.
Un milagro de nada. Sobre todo, entendimos que fuimos
demasiado lejos.
Nuestras acciones imprudentes han quemado la casa
en la que vivimos. Nos concebimos a nosotros mismos
como separados de la naturaleza, nos sentimos astutos
y todopoderosos. Usurpamos la naturaleza, la dominamos y
la herimos. Incitamos a Prometeo y enterramos a Pan.
Tanta arrogancia nos hizo perder nuestra hermandad con
las mariposas, las flores, los árboles y las raíces.
Tanta codicia escandalosa nos hizo perder la armonía
y el cuidado, la conexión y la pertenencia.
Devastamos la santidad de la vida, descuidando que
seamos una especie. Al final del día, estábamos sin aliento.
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